Son muchos los casos en que nuestros perros muestran miedo, inseguridad y estrés a la hora de dejarlos en la peluqueria canina. Lloran, ladran, intentan huir… queremos evitar que esto pase, queremos que tengan una experiencia agradable cuando nos visitan, por eso os dejamos algunos consejos que pueden ser de gran utilidad.
- Transmítele confianza. Es importante saber que, nuestro perro, tiene un don especial para captar nuestras emociones, por tanto, de camino a la peluquería debes transmitirle confianza, camina tranquilo, sin tirones, sin forzar, disfruta del paseo y, una vez en la peluquería, mantén esa misma calma, si tu perro nota tu nerviosismo, si tú mismo piensas que lo va a pasar mal, el sentirá esa tensión, esa preocupación, y la manifestará a través de la inseguridad y el miedo. Nos encantan los animales y los tratamos con mucho mimo y cariño, ambos podéis estar tranquilos.
- Déjale “ir al baño”. Todos sabemos lo incómodo que resulta tener la necesidad de hacer pipí y no tener como. Ten en cuenta que, por lo general, las sesiones de peluquería son largas por tanto, si tu perro no ha hecho sus necesidades antes, es posible que se sienta incómodo, nervioso e inquieto. Si además de esto añadimos que, en algunos casos también tienen miedo, es posible incluso que no aguante las ganas durante las horas de trabajo, algo que puede estropear el buen acabado o incluso requerir volver a bañar y empezar casi de nuevo, lo que supondría aumentar aún más la duración de la sesión. Evitar esta situación es sumamente fácil y nuestro amigo nos lo agradecerá (y la peluquera también :P)
- Despedirte de él con mimos y abrazos aumenta su nerviosismo. Esto es una continuación del punto 1. Si tu perro te nota triste o preocupado a la hora de dejarlo en la peluquería, su nerviosismo irá en aumento. Ten presente que, sobre todo si es la primera vez que viene, no entenderá demasiado bien porqué te vas y lo dejas en un lugar extraño con personas desconocidas. Si llora o intenta huir no lo mimes, no lo acaricies ni le des chucherías o lo interpretará como un refuerzo de esa conducta. Debes mantenerte sereno, transmitirle que no pasa nada, que es una situación segura y, una vez que esté tranquilo, podrás recompensarle. Nosotros lo hacemos durante las sesiones, una vez que se calman, les damos mimos, abrazos, besos, jugamos con ellos y, por supuesto, les damos chuches ¡Qué para algo las tenemos! 😀
- Deja que libere toda esa energía que lleva dentro. Si antes de ir a la peluquería tienes la oportunidad de llevar a tu perro al parque, a la playa, a correr o, simplemente, a dar un largo paseo, contribuyes a que se desestrese y a que su energía disminuya como consecuencia del ejercicio. Un perro ansioso por correr y por jugar será un perro intranquilo e inquieto, mala combinación con una sesión de peluquería, si, por el contrario, ha satisfecho esas necesidades, su comportamiento será más calmado y su experiencia más agradable.
- Mantén a tu perro limpio y aseado. Como siempre decimos, el cepillado debe considerarse una tarea diaria, mejora la confianza y refuerza los lazos con nuestro compañero pero, además, ayuda a que su pelo y su piel se mantengan en buenas condiciones. No solo evita que se formen nudos, también elimina parte de la suciedad que se acumula en el pelaje. Si cepillas a tu perro diariamente y cuidas su higiene, las sesiones de peluquería serán menos traumáticas y más cortas. Date cuenta que, si tu mascota nunca se cepilla, no entenderá porqué de repente le sometemos a una sesión intensiva de carda, cepillo y peine que, probablemente, no será del todo agradable al encontrarnos con un montón de nudos. En Peter Can somos especialmente cuidadosos a la hora del cepillado pero, si habéis tenido nudos alguna vez, sabréis de sobra lo incómodo que resulta ¿Os imagináis tenerlos por todo el cuerpo y que un extraño se empeñe en deshacéroslos aunque vosotros no queráis? Exacto, muy desagradable. Evita que tu perro lo pase mal, cepíllalo a diario. Pregúntanos cómo hacerlo y te asesoraremos.
- Revisa las uñas de tu mascota. En ocasiones nos hemos encontrado con casos en que los dueños no prestan suficiente atención a esta zona. Si tu perro pasea con frecuencia es posible que mantenga sus uñas “a raya” pero, si sus paseos son cortos y poco frecuentes, si casi no sale de casa o, si camina por superficies blandas (césped, arena…) sus uñas pueden crecer demasiado, llegando a provocar que sus dedos se tuerzan provocando problemas y alteraciones en la marcha y dolor. Hay que prestar especial atención a los espolones ya que éstos no se desgastan con la marcha y si crecen en exceso pueden incluso llegar a clavarse en la carne provocando heridas y, por consiguiente, dolor e incluso infecciones.
- ¡Y ojo con los oídos! Los oídos son otra zona, por lo general, bastante desatentida. Con una buena limpieza a la semana es suficiente para evitar problemas pero ésta debe hacerse con productos específicos, que no dejen residuo húmedo y, pos supuesto, evitando utilizar bastoncillos y similares que lo único que hacen es empujar la suciedad hacia el interior del oído, e incluso podrían llegar a dañar el mismo. Además hay razas que generan pelos en el interior del conducto auditivo, éstos deben ser retirados cuando aparecen para evitar que acumulen suciedad, bacterias y humedad.
En Peter Can siempre limpiamos los oídos de tu mascota y revisamos el estado de sus uñas. Pásate por nuestra tienda y, con tan solo 5 minutos, evitaremos todos estos problemas. Seguro que tu amigo nos lo agradece 😀